Introducción a la Neuropsicología
La Neuropsicología es una disciplina fascinante dentro del campo de la neurociencia, desempeñando un papel central en el estudio y análisis de las funciones mentales. Su enfoque principal abarca tanto la cognición como la conducta, que constituyen su esencia y objeto de estudio. Esta disciplina establece un puente entre dos campos profundamente enriquecedores y con una historia tan extensa como la humanidad misma: la Psicología y la Neurología.
Por Larisa Castañeda
Consultorio Integral de Psicología y Neuropsicología
En este artículo, se abordan tres conceptos esenciales en la formación teórica de la neuropsicología: la historia del estudio del cerebro humano, la evaluación neuropsicológica de las funciones cerebrales y la rehabilitación neuropsicológica.
El recorrido histórico incluye desde los inicios de la medicina hasta los aportes de la frenología, los descubrimientos fundamentales de Broca y Wernicke, el enfoque heurístico de Luria y la revolución actual impulsada por la neuroimagen
En cuanto a la evaluación neuropsicológica se exploran los roles de las pruebas específicas, no específicas y de observación diferida en la interpretación del estado neuropsicológico, tanto en el laboratorio como en las actividades cotidianas.
Se concluye que el rápido avance tecnológico y los aportes científicos continúan ofreciendo nuevas técnicas y teorías para entender y mejorar la evaluación y rehabilitación del funcionamiento cerebral.
Finalmente, se examina el proceso de una inadecuada evaluación neuropsicológica,
Palabras clave: Desarrollo teórico del estudio del cerebro humano,evaluación neuropsicológica, rehabilitación neuropsicológica.
Reseña histórica
Desde siglos atrás se ha hablado de la vida psíquica, los inicios de la neuropsicología se remontan a la investigación en el sistema nervioso central basado en la postura empirista. Whytt en 1751 comenzó a estudiar la médula espinal para comprobar la naturaleza de los actos reflejos, posterior a este periodo, se empieza a estudiar la fisiología sensorial por Franklin (1740), Helmoltz (1780) y Galvani (1791).
La neuropsicología se remonta a 1945, sin embargo el uso inicial del término “neuropsicología” se le atribuye a William Osler en 1913; es solo hacia 1949 con el profesor Donald Hebb que se populariza el término, ya como disciplina dados sus objetivos y contenidos.
Acercándonos a la historia de la Neuropsicología, es importante mencionar los estudios realizados por Gall, quièn a finales del siglo XVIII e inicios del XIX, aproxima sus estudios donde la personalidad y la inteligencia se encontraban en la superficie del cerebro con 42 àreas notables en su superficie y sus respectivas protuberancias o hendidura. Está frenología propuesta por Gall fortalece la creencia de la ubicación de la mente en el cerebro aportando a los acercamientos sobre una teoría de la personalidad.
Sin embargo en el Siglo XVI la teoría Cartesiana provoca la ruptura de lo físico y lo psíquico generando un reposo en el conocimiento científico debido a la especulación sobre el asiento de la mente y la explicación de los espíritus que entran al cuerpo.
En 1966 Luria inicia en su libro “El cerebro en acción”, Luria explica la relación entre los objetivos del sistema funcional y los mecanismos para alcanzarlos. Destaca que es posible alcanzar un objetivo invariable mediante mecanismos variables y utiliza el sistema respiratorio como ejemplo. Describe si fallan los músculos diafragmáticos, los músculos intercostales los reemplazan y si estos también fallan los músculos faríngeos-laríngeos asumen la función. De manera similar el cerebro humano opera; así, las diversas áreas cerebrales no se dedican a una única función se integran en el conjunto de la actividad psíquica (Luria A. El cerebro en acción. Madrid: Fontanella, 2 ed, 1979).
John Locke retoma las afirmaciones de Aristóteles acerca de la experiencia construyendo la teoría empirista británica oponiéndose a Descartes y señalando las ideas de una sola fuente: la experiencia, la cual se relaciona con la interacción de los objetos y la reflexión como operación interna de la mente, en este sentido, en este sentido esta teoría jugaría un papel importante en la vida del ser humano, dónde en la evaluación cualitativa en niños, apropia el sistema de signos y símbolos.
La Neuropsicología como ciencia avanzó significativamente al retomar los aportes de Jean Pierre Flourens, quien en una época cercana al surgimiento de la Frenología explicó las funciones superiores del cerebro basándose en experimentos realizados con animales.
Este neurólogo criticó el localizacionismo de Gall y propuso una teoría "holista" sobre la complejidad cerebral. Su método fue riguroso y objetivo ya que incluía la verificación de hipótesis a través de experimentos controlados, modificaciones ambientales e interpretación precisa de los datos observados.
Flourens contribuyó al entendimiento de las funciones del cerebelo en la coordinación motora, introdujo metodologías clínicas en neurocirugía como la extirpación de áreas cerebrales (denominada ablación por él), y promovió la rehabilitación funcional en sus investigaciones.
A partir del siglo XX se evidencia la necesidad de la validación entre mente-cuerpo, así la Neuropsicología se fusiona con la psicometría y la Psico física para dar la explicación a las alteraciones de la mente.
Modelos actuales en Neuropsicología
La neuropsicología investiga la relación entre el cerebro y la conducta humana. Esta disciplina se basa en el análisis sistemático de las alteraciones conductuales relacionadas con trastornos en la actividad cerebral, que pueden ser causados por enfermedades, lesiones o alteraciones del desarrollo.
Cada modelo teórico aborda la relación entre cerebro y mente desde diversas perspectivas epistemológicas, teóricas y metodológicas. Aunque varían en sus enfoques, todos comparten el objetivo de explorar las bases neurobiológicas de la cognición y las emociones.
Modelo de las Funciones Cerebrales Complejas (Histórico-Cultural): Basado en las ideas de Vigotsky, este modelo considera que los procesos de desarrollo y aprendizaje están interrelacionados, con el aprendizaje actuando como un factor crucial en el desarrollo. La adquisición del aprendizaje se entiende a través de las formas de socialización, viendo al ser humano como una construcción social más que biológica. Las funciones superiores se consideran fruto del desarrollo cultural y del uso de mediadores.
Este modelo se fundamenta en los principios del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, argumentando que tanto la mente como el cerebro son materia y, por lo tanto, no deben considerarse dicotomías separadas. Sostiene que la mente y el cerebro existen en diferentes estados materiales con leyes organizativas distintas, estableciendo una relación de oposición dialéctica entre ellos. Las representaciones mentales surgirían de la interacción entre la materia del cerebro activo y el mundo de los objetos, en el contexto de otra relación de opuestos: [individuo/cerebro/mente] y [sociedad/historia/cultura], la cual tampoco es separable.
Las representaciones mentales surgirían de la interacción entre la materia del cerebro activo y el mundo de los objetos, en el contexto de otra relación de opuestos: [el individuo/ cerebro/mente] y la [sociedad/historia/cultura], la cual tampoco es separable, por tanto, ningún fenómeno es explicable si no se tienen en cuenta los cuatro elementos en su interacción recíproca inseparable: cerebro, objetos, representaciones mentales, cultura (Luria, 1975). Desde el punto de vista metodológico Luria (1975) propone el concepto de función como la actividad resultante del trabajo de múltiples operadores de un sistema, derivando al concepto de sistema funcional complejo. También postula el concepto de factor subyacente, que sería una operación cognoscitiva específica común a varios sistemas funcionales, es decir, una función cognoscitiva sería un sistema funcional complejo formado por múltiples operaciones específicas que aportan de manera diferencial un elemento a la estructura del sistema.
Por tanto, desarrolla una explicación del funcionamiento mental a partir de la relación de las estructuras cerebrales con 3 unidades funcionales: Unidad para regular el tono o la vigilia, y estados mentales; unidad para recibir, analizar y almacenar información; y unidad para programar, regular y verificar la actividad.
Modelo Neurofisiopatológico Neo-Pavloviano
Este modelo se centra en el análisis de los síntomas y utiliza la fisiopatología para explicar las funciones cerebrales superiores. Su fundamentación teórica se basa en tres elementos principales:
Actividad Nerviosa Superior:Considerada el eje central del modelo, se apoya en los principios pavlovianos del condicionamiento clásico y en el sistema de excitación e inhibición nerviosa.
Dispositivos Básicos para el Aprendizaje: Incluye los centros cerebrales involucrados en el aprendizaje, tales como el centro motor, el sensoperceptivo, la memoria, la atención y la motivación.
Aprendizaje y Funciones Cognitivas Superiores:El aprendizaje se considera el resultado de las funciones cognitivas superiores, como las gnosias, praxias y el lenguaje. Estas funciones son vistas como el aprendizaje fisiológico, que se manifiesta en habilidades pedagógicas como la lectura, la escritura y el cálculo.
Modelo de la Neuropsicología Cognitiva
Este modelo se basa en el idealismo epistemológico, enfocándose más en la mente que en el cerebro y priorizando la psicología sobre la neurofisiología. Utiliza conceptos del modelo cognitivo y propone analizar impedimentos específicos en la función cognitiva resultantes de daños cerebrales. Establece modelos explicativos para cada función cognitiva y considera el procesamiento de la información —cómo se modifican las capacidades básicas para generar representaciones cognitivas— como parte esencial del estudio. Se enfoca en las diferencias individuales, disociaciones y doble disociaciones de las funciones cognitivas afectadas por daños cerebrales.
Modelo Neo Conexionista
Perteneciente a la escuela de Boston, este modelo explica la actividad nerviosa superior mediante la importancia de las conexiones entre áreas corticales y subcorticales. Retoma los esquemas de los centros cognitivos y los aportes de los trabajos de Wernicke. Su metodología se basa en el uso de baterías neuropsicológicas para cuantificar los síntomas y elaborar perfiles que permiten identificar tanto el diagnóstico neuropsicológico como el correlato neuroanatómico.
Bajo estas premisas, Norman Geschwind (1926-1984) descubrió que una sección de la corteza temporal llamada Planum temporale era más grande en el lóbulo izquierdo que en el derecho en el 65% de las personas. Además, observó que los niños que estaban en proceso de aprendizaje del lenguaje mostraban un desarrollo superior cuando esta área era más grande en el hemisferio izquierdo, en comparación con aquellos con dimensiones iguales o mayores en el hemisferio derecho. Su investigación también se centró en explicar la conducta de los zurdos y su relación con el sexo y la testosterona, sugiriendo una conexión entre el uso de la mano izquierda y procesos cognitivos especiales, desde la excelencia matemática hasta la dislexia.
El Modelo Factorial de la Cognición se basa en la estadística, específicamente en el análisis factorial a partir de matrices de correlaciones. Examina tanto lo patológico como lo normal; en lo patológico, observa los síntomas, y en lo normal, las funciones. Este modelo identifica y organiza los factores de estudio como eslabones de grandes cadenas funcionales. A través del análisis factorial, determina los componentes de una función y sus cargas correspondientes. Además, utiliza el análisis de regresión múltiple para predecir la influencia de variables individuales sobre los factores cognoscitivos dentro de distintos grupos poblacionales. El modelo explica la existencia de factores cognoscitivos subyacentes comunes a diversas funciones mediante las correlaciones significativas entre las variables que miden estas funciones, aunque no considera la interacción recíproca e inseparable de los cuatro elementos: cerebro, objetos, representaciones mentales y cultura (Luria, 1975).
Desde el punto de vista metodológico, Luria (1975) introduce el concepto de función como el resultado del trabajo conjunto de múltiples operadores dentro de un sistema, derivando en el concepto de sistema funcional complejo. Postula el concepto de factor subyacente, una operación cognoscitiva específica común a varios sistemas funcionales. Así, una función cognoscitiva se define como un sistema funcional complejo compuesto por múltiples operaciones específicas que contribuyen de manera diferencial a la estructura del sistema. Luria desarrolla una explicación del funcionamiento mental basada en la relación entre las estructuras cerebrales y tres unidades funcionales: la unidad para regular el tono o vigilia y estados mentales; la unidad para recibir, analizar y almacenar información; y la unidad para programar, regular y verificar la actividad.
Descripción clínica de los procesos cognitivos
La modificación adaptativa de la conducta humana es posible gracias a la plasticidad cerebral. En condiciones normales, las neuronas, mediante su arquitectura dendrítica, poseen una notable capacidad para reconfigurar sus redes, lo que les permite orientar la acción según las necesidades individuales. Este proceso presenta características distintas en cada etapa del desarrollo: en la infancia, se establece mediante la ontogenia, creando nuevos circuitos; en la adultez, se fortalece a través de la neurogénesis, consolidando las redes que se activan con mayor frecuencia; y en el envejecimiento, se gestiona la reserva cognitiva a partir del desarrollo celular a lo largo de la vida.
La flexibilidad de las redes neuronales depende de los múltiples estímulos que se encuentran en el entorno de cada persona. Estos estímulos incluyen tanto los naturales, proporcionados por el entorno y la interacción social, que son esenciales para el desarrollo celular y la adaptación a la vida, como aquellos promovidos por profesionales de la salud. Por ejemplo, el neuropsicólogo puede proponer ajustes en áreas con daño. En psicología, se menciona la estimulación cognitiva, que busca desarrollar redes que actualmente no alcanzan la destreza esperada en ciertos pacientes y situaciones.
Así, el desarrollo cerebral requiere un entorno enriquecido y actividades estimulantes que faciliten una buena adaptación conductual y emocional. Para que el desarrollo humano sea óptimo, es fundamental evitar situaciones de estrés y angustia, ya que la sintomatología relacionada con el estrés puede perjudicar la plasticidad cerebral, especialmente en el contexto de la neurogénesis. De hecho, en los procesos de neurogénesis, se ha observado que casi la mitad de las nuevas células atraviesan un proceso natural de necrosis.
El entorno enriquecido de ambientes no contaminantes fuera de las zonas metropolitanas ayuda al desarrollo cerebral y celular de los individuos, generando una mejor calidad de vida y bienestar general. Este tipo de entorno favorece la reducción del estrés, mejora la salud mental y promueve un mayor rendimiento cognitivo. Además, el contacto con la naturaleza estimula la creatividad y la capacidad de concentración, lo que se traduce en un aprendizaje más efectivo y en la potenciación de habilidades sociales. La conexión con espacios limpios y naturales también fomenta hábitos saludables, como la actividad física al aire libre y una alimentación más equilibrada, contribuyendo así al desarrollo integral de las personas.
Atención
El proceso de atención es esencial en el adecuado funcionamiento cognitivo. Pacientes con alteraciones atencionales presentan dificultades en la adquisición de habilidades del desarrollo, hasta dificultades en el proceso de aprendizaje. Estas dificultades se acompañan de alteraciones en el almacenamiento de la información; la atención y la concentración es esencial para casi todas las funciones cognitivas. Sin una atención adecuada, es difícil realizar tareas relacionadas con la memoria, el lenguaje y la planificación.
La atención permite filtrar y priorizar información relevante, lo que facilita el aprendizaje y la retención de datos. Si un paciente no puede concentrarse, su capacidad para aprender nuevas habilidades se ve afectada.Una vez que la atención sea establecida, es más fácil trabajar en habilidades más complejas, como la memoria de trabajo o las funciones ejecutivas.
Los sistemas cerebrales involucrados en el proceso de atención. Entre ellos, las conexiones entre el tallo cerebral, los núcleos del tálamo y los lóbulos frontales se han identificado como esenciales para el control atencional. (Ardila y Rosselli, 2007).
Alteraciones en la atención, no se limita solo a daños neurológicos,un trastorno de ansiedad o depresión puede provocar un déficit en la atención; estas alteraciones pueden observarse desde la infancia hasta la adultez como consecuencia de trastornos emocionales. Los pacientes con compromisos cognitivos globales, como el retraso en el desarrollo, suelen mostrar una capacidad atencional reducida. Entre los trastornos neuropsiquiátricos asociados con alteraciones en la atención se incluyen los traumas encefálicos y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Memoria
La memoria es una de las funciones más vulnerables a problemas neurológicos y psicológicos de diversas índoles. Un análisis adecuado de los déficits de memoria es fundamental en la evaluación neuropsicológica. El objetivo de evaluar la memoria no es simplemente confirmar o descartar la presencia de trastornos mnésicos, sino identificar qué aspecto del proceso de memoria está afectado. Se deben incluir pruebas que evalúen la capacidad de registro (o codificación), almacenamiento y recuperación de información. Es importante utilizar tanto técnicas de recuperación libre como aquellas basadas en el reconocimiento. La depresión, por ejemplo, puede afectar significativamente el rendimiento en pruebas de memoria. Un paciente deprimido tiende a beneficiarse de las técnicas de reconocimiento, ya que su dificultad radica en la recuperación de la información, no en su almacenamiento. Además, factores emocionales como la ansiedad pueden comprometer la capacidad para adquirir nueva información. Igualmente, la inatención y la falta de motivación pueden simular un problema en la memoria.
En el traumatismo craneoencefálico, en cambio, presenta problemas reales en el almacenamiento de nueva información, lo que afectará su desempeño en tareas de reconocimiento.
Recientemente, se ha destacado la importancia de evaluar los procesos de metamemoria, Luria (1976) señala que la metamemoria permite al individuo determinar cuántos estímulos puede recordar en un período de recuperación, momento en el cual debe enumerar esos estímulos. Kimball y Metcalfe (2003) explican que los estímulos son sensibles a la hora de evidenciar diferencias en los procesos de metamemoria y memoria. "El individuo debe discernir lo que sabe y lo que no sabe". Este concepto también es abordado por Liu, Su, Xu y Chan (2007).
El lóbulo temporal y las estructuras del sistema límbico, como el hipocampo y sus conexiones, están relacionados con el proceso de almacenamiento de nueva información y el recobro de información recientemente adquirida. Las lesiones en estas áreas del cerebro pueden causar una amnesia significativa, tanto anterógrada (incapacidad para adquirir nuevos aprendizajes) como retrógrada (dificultades para recuperar información ya almacenada).
La etapa de registro de la información está mediada por las áreas corticales posteriores y las regiones cerebrales involucradas en los procesos atencionales, como el lóbulo frontal, el sistema reticular y los núcleos talámicos. Los pacientes con lesiones focales en las áreas corticales posteriores de asociación y aquellos con disfunciones en el lóbulo frontal pueden experimentar problemas en el registro de la información, ya sea debido a un defecto agnósico específico o a un trastorno atencional. Además, las dificultades en la metamemoria han sido asociadas con disfunciones en los lóbulos frontales.
Lenguaje
(Información extraída del trabajo de titulación de licenciatura material educativo Instrumento Evaluación del Lenguaje y Comunicación Larisa Castañeda Topete)
Se parte de una concepción del lenguaje y de la comunicación como procesos que evolucionan a lo largo del desarrollo. La alusión al desarrollo implica una aproximación gradual a los distintos niveles o fases de ese proceso.
No obstante, pese a su disparidad, estas definiciones del lenguaje permiten entrever ciertas regularidades. Una de ellas quizás la más importante es que, de un modo u otro, todas las definiciones recogen o dan cuenta de alguno de los siguientes hechos:
El lenguaje puede interpretarse como un sistema compuesto por unidades
(signos lingüísticos).
La adquisición y uso de un lenguaje por parte de los organismos posibilita en esta formas peculiares y específicas de relación y de acción sobre el medio social.
El lenguaje da lugar a formas concretas de conducta, lo que permite su interpretación o tipo de comportamiento.
Desde que tenemos un pensamiento, una idea, un sentimiento que queremos comunicar, se ponen en marcha toda una serie de estructuras cerebrales para organizar verbalmente esa idea para poder producirla. Del mismo modo, cuando nos situamos como receptores, el lenguaje que se nos dirige necesita ser decodificado y entendido para poder dar una respuesta, que volvería a poner en marcha el proceso de codificación.
Explicaré de forma concisa, los procesos complejos que suponen la codificación y decodificación lingüística.
Para comprender mejor el trastorno que supone la afasia, hablaré brevemente y de forma concreta, de las áreas cerebrales encargadas del proceso de codificación y decodificación lingüística y cómo se produce éste.
Áreas del hemisferio izquierdo implicadas en el lenguaje
Área de Broca
Situada en la tercera circunvolución frontal, es un área motora, su misión es dar las órdenes motoras, a través de las vías nerviosas descendentes, llegarán a todos los órganos responsables de la producción del lenguaje.
Área de Wernicke
Situada en el lóbulo temporal, es un área sensorial o receptiva, su misión es interpretar los sonidos y el lenguaje.
Fascículo Arqueado
Zona que comunica el área motora y la sensorial, pudiendo establecer un feed-back entre ellas.
Zonas colindantes con estas áreas
Pueden ser sensoriales o motoras y tienen funciones complementarias. Proceso de codificación y decodificación lingüística.
Explicaré de forma concisa, los procesos complejos que suponen la codificación y decodificación lingüística.
Codificación (área prefrontal)
Encargada de planificar lo que queremos comunicar. Primeramente, se hace la programación léxica, se eligen palabras que mejor expresan esa idea, después, la programación sintáctica, eligiendo las reglas para combinar las palabras, formando las frases, por último, se hace la programación fonológica, seleccionando toda la secuencia de sonidos necesario.
Una vez hecha esta planificación, a través del fascículo arqueado, se envía al área de Wernicke que hará la comprobación de que lo planificado es correcto, por tanto, dará el visto bueno para continuar el proceso. Es entonces, cuando el área de Broca, hace la programación motora, planificando los movimientos fonoarticulatorios (respiración, articulación, resonador) y todos los órganos que lo componen, para producir el mensaje. A partir de aquí, da las órdenes motoras, y el sistema nervioso periférico, las conduce a través de las vías nerviosas descendentes hasta el aparato fonoarticulador y produce el mensaje.
Decodificación. Cuando recibimos un mensaje oral, se inicia el proceso de decodificación. Las ondas sonoras, son recogidas por el pabellón auditivo externo y conducidas a través del conducto auditivo externo hasta el tímpano, haciéndolo vibrar. La vibración pasa a la caja timpánica poniendo en movimiento la cadena de huesecillos, que a su vez hace vibrar la ventana oval, activando el movimiento de los líquidos de la cóclea que terminan por producir en el órgano de Corti la actividad nerviosa que será conducida a través de las vías nerviosas ascendentes hasta el área de Wernicke, donde se realizará la interpretación del mensaje escuchado y es cuando se comprende.
Habilidades visoespaciales
Las habilidades visoespaciales es la capacidad cognitiva que permite a las personas moverse en un espacio, percibir la profundidad y la distancia, y ubicarse en el espacio. Es el resultado de la integración progresiva de las habilidades motoras, visuales y espaciales.
Es importante resaltar la importancia del sistema visual, dividiéndose en dos subsistemas corticales; uno encargado de identificar lo que vemos, sistema del “que” y el otro encargado de ubicar lo denominado “dónde”. Siendo estos dos sistemas originándose en el lóbulo occipital, tienen una terminación diferente en la corteza cerebral.De lo que vemos, se dirige del lóbulo occipital el lóbulo temporal formando el sistema visual ventral, mientras el que nos proporciona la información espacial se dirige del lóbulo occipital al lóbulo parietal formando la vía visual dorsal. (Goodale & Milner,1992; Ungerleider & Mishkin, 1982).
El desarrollo de las habilidades perceptuales visoespaciales y visomotoras apoyan la interacción de estos dos sistemas visuales en el proceso de adquisición de las habilidades viso-espaciales remarcando la importancia que ejerce el lóbulo frontal en el desarrollo. Está navegación espacial del ambiente que nos rodea es una función básica de los humanos. Se ha demostrado que está habilidad se encuentra en los niños desde edades tempranas complejizando hasta la adultez. (Learmonth,Newcombe,& Huttenlocher,2001; Wang & Spelke, 2002),
La capacidad para navegar un espacio tiene su origen en la interacción entre el sistema visual y el sistema motor. Al relacionarnos con nuestro ambiente desde los primeros años de vida percibimos los objetos en un espacio visual que nos permite actuar sobre ellos ya sea con la mirada, agarrándolo con la mano, desarrollando así la percepción del espacio visual. Comenzamos a entender que los objetos se perciben de diferente distancia a relación con nosotros mismos (espacio egocéntrico) o con relación a otros objetos (espacio alocéntrico).
El desarrollo viso espacial y visoconstructivo resulta de la combinación de habilidades motoras y espaciales que se van refinando con el tiempo. Este proceso comienza con el desarrollo del sistema visual oculomotor, que facilita la exploración del entorno. A medida que el niño también desarrolla sus habilidades motoras en las extremidades, adquiere la capacidad de agarrar objetos y, más tarde, de moverse hacia ellos. Al explorar su entorno, el niño comienza a comprender dos tipos de espacios: el egocéntrico y el alocéntrico. De esta manera, va aprendiendo sobre las dimensiones del espacio de manera progresiva.
Praxias
Las praxias son aquellos movimientos voluntarios y dirigidos se relacionan con procesos perceptivos cognitivos y motores. Integra el lóbulo parietal izquierdo como responsable del conocimiento semántico de las acciones (gestos, función de los objetos) con las áreas motoras en los lóbulos frontales La ejecución práxica tiene dos componentes: uno conceptual (Lóbulo parietal izquierdo) que contiene el conocimiento sobre la función de los objetos y uno de producción (lóbulo frontal) que almacena la información espacial y temporal necesaria para la ejecución de movimientos.
Tres fases de procesamiento que no tienen orden jerárquico:
Sistema sensorial/perception=input sensitivo.
Sistema conceptual/semántico =se compara la información nueva con una huella mnésica del objeto.
Sistema de producción de la respuesta adecuada.
Gnosias
Capacidad del cerebro de reconocer la información previamente aprendida por nuestros sentidos. Cada hemisferio procesa la información proveniente de la parte contralateral del cuerpo La información se procesa jerárquicamente
Desde el punto de vista funcional se distinguen 5 tipos de corteza cerebral:
Corteza sensorial primaria
Corteza cerebral secundaria (o de alto orden)
Corteza de asociación
Corteza motora secundaria (o de alto orden)
Corteza motora primaria
Funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas tienen como objetivo facilitar la adaptación del individuo a situaciones nuevas y complejas (Collette, Hogge, Salmon, & van der Linden, 2006).Se han incluido dentro de las funciones ejecutivas la capacidad para establecer metas, planificación del desarrollo, flexibilidad de pensamiento , la inhibición de respuestas automáticas, la autorregulación y la fluidez verbal.
Las funciones ejecutivas se desarrollan de manera progresiva desde el nacimiento, alcanzando niveles similares a los de un adulto alrededor de los 10 años, especialmente en la capacidad para cambiar de una estrategia a otra. Sin embargo, las habilidades de planificación y generación verbal siguen desarrollándose durante la adolescencia e incluso en la adultez temprana. A lo largo de la vida, la modificación de las funciones ejecutivas se ha asociado con cambios estructurales y funcionales en los lóbulos frontales. Sin embargo, los pocos estudios que han vinculado tareas específicas de una función ejecutiva con su activación cerebral han mostrado que también intervienen otras áreas del cerebro.
Se requiere realizar estudios para obtener una comprensión más profunda de cómo cambian las funciones ejecutivas a lo largo del tiempo y cómo se correlacionan estas modificaciones con los cambios en el cerebro.
Relevancia de la evaluación neuropsicológica
La rehabilitación neuropsicológica es un componente fundamental en la aplicación práctica de este campo del conocimiento. Hay diversas opiniones acerca de los objetivos y el contenido de los programas de rehabilitación.
En los adultos, los procesos cognitivos y comportamentales son considerados "estáticos", ya que el cerebro ha alcanzado su madurez. En contraste, en los niños, estos procesos son "dinámicos" y el cerebro aún está en desarrollo. Además, la neuropsicología tiene sus propias raíces que se centran tanto en el concepto de disfunción cerebral como en los estudios sobre el desarrollo de la inteligencia.
La neuropsicología es esencial para entender la conexión entre el cerebro y la conducta, y su aplicación tiene un impacto significativo en la salud mental y el bienestar general. La neuropsicología desempeña un papel crucial dentro de la neurociencia, ya que su estudio permite identificar trastornos cognitivos en individuos que surgen de problemas en el sistema nervioso. Al aplicar principios neuropsicológicos, es posible diagnosticar estas afecciones y ofrecer tratamientos que mejoren la calidad de vida social de las personas afectadas.
La neuropsicología del deporte se centra en entender cómo los factores psicológicos y neurológicos influyen en el rendimiento deportivo. Examina aspectos como la concentración, la motivación, el manejo del estrés y la recuperación de lesiones, así como su impacto en la toma de decisiones durante la competición. Los neuropsicólogos en este ámbito pueden ayudar a los atletas a desarrollar habilidades mentales, mejorar su capacidad de atención y optimizar su rendimiento. También trabajan en la prevención y rehabilitación de lesiones, utilizando enfoques que integran la salud mental y física. Así, se busca no solo potenciar el rendimiento, sino también promover el bienestar emocional y cognitivo de los deportistas.
Consecuencias de una inadecuada evaluación neuropsicológica
Una mala praxis en la evaluación neuropsicológica puede llevar a un diagnóstico y tratamiento erróneo que puede traer consecuencias irreversibles, desafortunadamente no existe aún regulaciones para determinar el uso exclusivo a especialistas en el tema para la realización de las baterías y pre diagnósticos.
En los últimos años, ha aumentado la demanda de evaluaciones neuropsicológicas tanto en personas que han sufrido un daño orgánico como en pacientes con diversas patologías psiquiátricas que presentan sospechas de disfunción cerebral. Este fenómeno se ha vuelto cada vez más común en muchos países occidentales, donde se está incorporando progresivamente a neuropsicólogos clínicos en los servicios hospitalarios. El objetivo principal de estas evaluaciones ha evolucionado, ya no centrando exclusivamente en identificar alteraciones en las funciones reguladas por la corteza cerebral, sino también en abordar las necesidades de tratamiento de quienes padecen alteraciones en funciones cerebrales superiores. Esto resalta la creciente relevancia de los programas de rehabilitación neuropsicológica como una herramienta terapéutica esencial.
Conclusiones
A lo largo de la historia del estudio del cerebro humano, se han registrado datos significativos, como las prácticas de trepanación para aliviar problemas encefálicos y las acciones canibalísticas en las que las personas consumían los cerebros de otros, con la creencia de absorber la sabiduría de sus dueños. Estos ejemplos iniciales reflejan que el interés por comprender el cerebro ha existido desde hace siglos, buscando conectar la actividad mental con su base biológica. Sin embargo, el avance en este campo no siempre ha sido lineal. En un periodo crítico del desarrollo científico se atribuía las funciones del sistema nervioso a la voluntad de lo divino, considerando ciertas patologías cerebrales como posesiones demoníacas, sin reconocer que, en realidad, se trataban de lo que hoy conocemos como epilepsia.
Tras superar el pensamiento mágico, los descubrimientos de Broca, Wernicke y la brillantez de Luria sentaron las bases de lo que hoy conocemos como neurociencia. A continuación, abordamos la evaluación neuropsicológica de las funciones cerebrales, en la que se identificaron tres mecanismos que permiten al neuropsicólogo realizar una valoración integral: los reactivos específicos, los no específicos y las pruebas de valoración diferida. En este contexto, se enfatizó tanto las ventajas como las limitaciones de cada uno de estos métodos de evaluación, aspectos cruciales a considerar al emitir un diagnóstico sobre el funcionamiento cerebral de un paciente.
Finalmente, es fundamental destacar que el avance de la neurociencia está ocurriendo a un ritmo acelerado. La tecnología y el progreso en la ciencia del comportamiento están constantemente introduciendo nuevas técnicas y teorías para comprender el funcionamiento cerebral, así como los procesos relacionados con su evaluación y rehabilitación. Por lo tanto, es esencial que los clínicos se mantengan en continua actualización para seguir el ritmo de estos desarrollos en la apasionante intersección entre el funcionamiento cerebral, la conducta, la cognición y la subjetividad humana.
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